¿Para qué sirve la electroestimulación?
A menudo oímos hablar sobre electroestimulación o corrientes sin saber muy bien qué función tienen.
La electroestimulación se consigue con unos aparatos de corriente electromagnética con los que se puede obtener un estímulo de contracción del musculo o analgésico dependiendo de la técnica utilizada.
Esto se consigue a través del tipo de impulso, intensidad y frecuencia de la corriente dejamos salir del aparato.
Por lo general ya vienen programados con diferentes programas que buscan diferentes objetivos.
Con los programas de estimulación muscular podemos realizar desde una recuperación activa hasta un entrenamiento específico.
Una aplicación cada vez más utilizada es la metabolización de grasas de forma local.
Esto se puede conseguir realizando un entrenamiento de resistencia por ejemplo en bicicleta y colocando los electrodos en la zona en la que queramos aumentar la quema de grasas. El programa elegido debe ser uno que permita una apertura de los capilares y una contracción muscular moderada a una frecuencia elevada. En los aparatos suele haber un programa de capilarización o anticelulítico que puede servir para ello.
Otra aplicación interesante es para el trabajo compensatorio de musculatura poco trabajada en nuestra actividad. Este trabajo compensatorio nos puede evitar lesiones.
Cuando se hacen muchos kilómetros corriendo suele haber una descompensación en la fuerza del cuádriceps- isquiotibiales. Este desequilibrio de fuerzas es un riesgo de lesión.
Los músculos isquiotibiales estarán más débiles que los músculos cuádriceps. Con la eletroesmiluación combinada con ejercicios de isquiotibiliales podemos recuperar esta desigualdad de fuerzas que pone en peligro nuestra estabilidad y nuestra carrera.
Hay muchas otras aplicaciones de la electroestimulación cómo pueden ser en el tratamiento del dolor o en la regeneración de tejidos.
A la hora de utilizar programas para el dolor se recomienda colocar el electrodo negativo en el punto del dolor
Referente a la regeneración de tejidos los aparatos convencionales no tienen estas opciones, para ello se necesitan aparatos con los que se pueda conseguir frecuencias de corriente superiores a 8000 Hz segundo o microcorrientes de alto voltaje.
Ferran Espejo
Foto:Compex