Propósitos para el nuevo año: “estar en forma”

Llega un nuevo año, y con él los típicos propósitos a cumplir….y que casualidad que en muchos casos está el propósito de hacer deporte, ponerse en forma, adelgazar, ir al gimnasio, etc., etc.….

 

 

Nuestro colaborador Running Therapy Center nos cuenta en este artículo como plantearnos de manera correcta los nuevos objetivos para este año

 

¿Por qué cada año aparece ese propósito en la lista? ¿Qué ocurre que no conseguimos cumplirlo la primera vez que lo planteamos?

 

He aquí algunas de las razones que podemos encontrar:

La falta de especifidad en el objetivo: El propósito, la meta, el objetivo, debe cumplir ciertas características para que podamos llegar a lograrlo.

Ha de ser específico, que alguien desde fuera pueda ver si lo estamos cumpliendo o no. Por ejemplo, si el objetivo es hacer deporte, si un día juegas una pachanga de fútbol con los amigos, ¿ya lo has cumplido?, o estar en forma, ¿cuándo sabrás que estás en forma?. Hemos de ser claros y concretos a la hora de establecer el propósito.

Tiene que ser medible, es decir ¿cuánto hemos cumplido el objetivo? ¿cuántos días?, ¿en qué porcentaje?, ¿cuántos kilos?…

Establecido en el tiempo, ¿Cuándo lo vamos a cumplir?

Ha de ser alcanzable, realista, y retador es decir, que dentro de las circunstancias que nos rodean seamos capaces de llevarlo a cabo en el tiempo establecido.

Enunciado en positivo, no vale un objetivo como “No comer dulces”, tendríamos que darle la vuelta porque la mente no piensa en negativo, cuánto más me repita no comas dulces, más ganas tendré de comerlos. Asi que una buena alternativa sería, “Comer fruta en lugar de dulces”.

Y que dependa únicamente del sujeto, si para que haga ejercicio depende de que mi madre compre la bicicleta estática será más difícil conseguirlo, seguro que hay otra forma de hacer ejercicio que dependa únicamente de ti….

 

Un ejemplo de un buen propósito que cumple estas características sería: “Hacer 1 hora de spining 2 veces a la semana durante 3 meses”.

 

El para qué del propósito:  Hay veces que escribimos propósitos porque se supone que es lo ideal, lo que hay que hacer, lo que pone todo el mundo….dejar de fumar, comer sano, hacer deporte, leer 3 libros al año, visitar tal ciudad…¿Pero realmente que recompensa obtenemos si los cumplimos? Si vamos a invertir nuestro tiempo y esfuerzo en esos objetivos la recompensa ha de merecer la pena. Asi que, ¿para qué quieres hacer deporte?, ¿qué beneficio te da?, Que supondrá para ti estar más sano, más delgado, más ágil, conocer gente nueva….Puntúa del 1 al 10 el esfuerzo que supondrá llevar a cabo el objetivo y del 1 al 10 lo satisfecho que te sentirás y como valoras la recompensa. Después decide si te merece la pena cumplirlo.

La elección de la actividad, deporte…He aquí otra de las causas del abandono del propósito. La teoría de la evaluación cognitiva: que es parte de la teoría de la auto-determinación (Deci y Ryan, 2000)  propone que desde que nace, la persona está orientada a cubrir tres necesidades básicas:

Necesidad de autonomía, de ser dirigente del propio comportamiento.

Necesidad de competencia, de sentirse capaz en las actividades que se realizan.

Necesidad de relación, de sentir un vínculo social con personas importantes para uno mismo.

Lo que significa que hemos de elegir la actividad que queramos, en la que nos vayamos a sentir competentes y en un ambiente social que nos haga sentir cómodos.

Una actividad que me guste, en el nivel adecuado y si además es con algún amigo mejor.

Incluir el objetivo dentro de nuestra realidad. Si para estar en forma me planteo ir todos los días al gimnasio a las 21h cuándo salga de trabajar, es más probable que no lo cumpla. Si no realizo nunca actividad física, empezar haciendo ejercicio dos días es más que suficiente. A veces pensamos que si no lo hacemos a lo grande no funciona, si me planteo ir todos los días y acabo yendo 3, sentiré que he fracasado en mi objetivo y lo dejaré del todo, en cambio si me planteo ir dos días a la semana y acabo yendo tres es todo lo contrario. Hace falta paciencia, el objetivo debe adecuarse a mis posibilidades económicas, al tiempo y al horario que tengo disponible o que puedo conseguir.

Marcar un plan de acción. Responder a todas estas preguntas y planificar el objetivo está muy bien, pero si no lo pongo en acción nunca conseguiré cumplirlo. Asi que, ¿cuál es el primer paso que has de hacer para alcanzar tu propósito? HAZLO!

Y por último, anticiparnos a los saboteadores, todas aquellas excusas que encontraré aceptables para no cumplir lo que he marcado. ¿Qué podría pasar para que no llevaras a la práctica las ideas y acciones establecidas?

 

Si quieres ponerte en forma y sales a correr todos los días sin una buena preparación física y una buena técnica de carrera es posible que te lesiones y dejes de correr el resto del año.

 

 Si quieres ir al gimnasio pero al final de mes no tienes dinero para pagarlo.

¿Si tu amigo lo deja, tu también lo dejarás?

Si ibas a ir al gimnasio los domingos pero estás cansado porque todos los sábados te acuestas tarde.

Anticípate a todas las excusas posibles y establece acciones que llevarás a cabo si estás aparecen.

Recuerda, ¿Cuánto quieres cumplir tu propósito?

 

Caridad Hernández

Licenciada en actividad física y deporte, especializada en Coaching deportivo, RTC EXPERT Method

Foto:Vitonica

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