Jim Walmsley pulveriza Alto Sil

El corredor estadounidense certifica su primer puesto del mundo en la prueba berciana y asusta en su incursión en Europa

Jim Walmsley aterrizó la pasada semana en Alto Sil para empaparse de la carrera berciana, de la actual y de su evolución hasta convertirse en un referente del trail running nacional y mundial. Jim, ‘el chulo’, como le han apodado cariñosamente los que han convivido con él durante estos días, ha aprendido hasta que la carrera de Santa Cruz del Sil se ha convertido en un motivo de fiesta, de júbilo para una comarca castigada por la crisis de la minería y que vive la prueba como un motivo de alegría. «Es auténtica», no se cansa de repetir el director, Lolo Díez.

Desde este domingo, a esa autenticidad se sumará el hecho de que Alto Sil será recordada por haber bautizado a Walmsley para una carrera que emerge y empieza a despertar interés en Europa. El estadounidense, miembro de ese Centro de Tecnificación Natural en el que se ha convertido Flagstaff, en Arizona, se impuso con descaro, con chulería -como no podía ser de otra forma-e, incluso, con pavor para sus rivales en la novena edición de la cita berciana.

Pulverizó el cronómetro (2:37:57), escribió su récord (récord que hay que valorar en su justa medida, porque la carrera cambia cada año), y se ganó la admiración de sus rivales. «Si me tienen que ganar, que sea el mejor», defendió el segundo clasificado, el vasco Julen Larruzea, de esa fábrica de talentos que es el Sestao Alpino.

Walmsley defendió porque figura como el mejor corredor del mundo en la modalidad de montaña, y demostró el por qué algunos hablan del sucesor de Kilian Jornet. De momento, palabras mayores, pero su victoria en el Alto Sil puede ser el principio de algo «muy grande», como defiende Lolo Díez.

Jim Walmsley ganando el Alto Sil

Jim lideró la carrera desde el inicio. Atacó en el primer descenso antes de llegar a Páramo del Sil, y tensó tanto la cuerda que obligó a un sobresfuerzo a Oier Ariznabarrera (vencedor en la carrera vertical de la jornada previa), al que ya aventajaba en más de dos minutos en el kilómetro 7… Alfredo Gil, vigente ganador, tuvo que decir basta en Páramo, con molestias en el gemelo; y desde ahí, el norteamericano amplió y amplió su tiempo hasta llegar con casi 18 minutos de ventaja sobre Larruzea y Joxe Amunarriz (Team OS20), otra de las sorpresas agradables de la jornada primaveral, muy distinta a las de ediciones anteriores con la nieve como protagonista.

Ander Barrenetxea (ganador de Miranda en 2016) y Julen Martínez, ambos del Sestao, le seguían en la meta, en una cita muy vasca, pero también con tintes rumanos. Y es que si Wamsley se lució en el cuadro masculino, en el femenino la rumana Denisa Dragomir siguió sus pasos y se coló entre los quince primeros corredores en llegar a la meta, con un tiempo de tres horas y catorce minutos. La deportista de La Sportiva aventajó en más de media hora a la segunda clasificada, la veterana portuguesa Lucinda Sousa, del equipo Prozis (3:46:59), y en más de cuarenta a la tercera, la leonesa Estelita Santín, quien protagonizó uno de los momentos más emocionantes junto a la berciana Beatriz Rodríguez, a la que superó por apenas dos segundos en la última ascensión a la meta.

La leonesa Victoria Santamaría fue quinta, en una cita marcada por la buena meteorología, y que volvió a congregar a numeroso público en todo el recorrido, con zonas de gran belleza, como Primout y su río, o las vistas desde el Alto de La Campona o el Pico Negro.

La carrera, organizada por el CDM Alto Sil y La Sierra Adventure, contó con el patrocinio de Lurbel, Prozis y el Ayuntamiento de Páramo del Sil.

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